Muchas veces me he preguntado cuál sería la mejor manera de
representar ese estado de calma que buscamos siempre.
Es el mar en su propia superficie lisa la que encierra el
vaso? Es un limpio cielo Azul? Es el rostro de un niño dormido en nuestros
brazos? Es la curvatura de su cadera
descansando sobre la espalda, cuando dormimos?
El año pasado estando en Roma Fui a ver La misericordia de
Miguel Ángel, mire la blancura del
mármol de carrara, la suavidad de sus formas, el hermoso rostro con que había
esculpido a María que tenía entre sus
brazos su hijo. Vi la paz que se siente al aceptar lo inevitable . El momento
exacto de calma que antecede a la tormenta.
En nuestra vida, esta que llevamos día a día, las fuerzas
que determina la naturaleza de los acontecimientos van girando cada vez más
cerca a medida que se acerca el momento crucial. Pero, con esa velocidad
creciente, nace en si misma otra cosa más: una fuerza hacia fuera que se aleja
de este frenético girar de las circunstancias.
La expresión científica para esto se describe como fuerza centrífuga.
Los antiguos la llamaban aceptación de lo inevitable.
Sin ella, como demuestra la ciencia de lo absoluto, el
universo se destruiría y se convertiría en NADA.
El aire… Gira
Mas y mas rápido.
Uno espera entonces que aquí, en la pared del ojo de la
tormenta, sea donde resida la mayor furia. Sin embargo nuestro corazón, espera
del otro lado de ese mismo borde.
El aire que la fuerza centrífuga arrastra hacia fuera en
espiral la llamamos espiral y provoca Vacío.
Shunyata o la sustancia de la NADA.
Las matemáticas y la misma física ratifican este concepto de
CERO.
Pero, en el mundo orgánico no hay lugar para ideas
abstractas. O hay algo o no lo hay, todo tiene en cierta medida que convertirse
en algo.
Porque es la ley del mundo vivo.
Toda la naturaleza aborrece el vacío. De manera que en este
hueco, fluye el aire desde la parte superior de la pared de un ciclón y lo
empuja hacia abajo.
Aparece entonces, un hueco de
aire y luz en la calma. Es también la zona más tranquila de la tormenta. Su
ojo.
Dentro del corazón de una tormenta siempre gira una fuerza
brutal que empuja todo hacia el exterior.
Feroz ,como una manada de búfalos, levanta consigo unos
anillos de violentas tormentas.
A veces, el doble.
Es aquí donde se oculta el mayor de los
peligros. Porque los vientos de la pared del ojo de un ciclón, no tienen calma y sobre todo...
Desconocen la Compasión.
Mi deseo para todos es que la vida y el amor los abrace en cada recodo del camino.
Demian