Amigos

lunes, febrero 02, 2009

Si pudiera hoy...



Abrazarte muy fuerte,


hasta que pierdas las formas en mis brazos.
Barajar y dar el tiempo.
Reírme, mucho y muy fuerte,


como una propaganda de aperitivos.


Y que el comercial venda nuestros gritos de alegría, perdidos en la atmósfera, como la humedad que trae la corriente del Niño.
Borrar para siempre las cuatro paginas de asesinatos famosos, esas que nos tiene acostumbrado el diario.
Soplar vida sobre los cuerpos y recuperarlos a las rutinas de novios y colegios.








Que los casos policiales 
solo puedan escribirse en novelas de la tarde.
Cerrar los ojos y darles una fuerte estocada a los recuerdos.
Apilarlos en un archivo al que se pueda consultar con afán científico de nostalgia. Como quien busca colores para combinar y jamás olvidar el negro.
Ya no pedir por el amor que me debes.
Reconocer aunque duela, que el amor... Se da distinto cada vez. Y nunca como espero. Pero siempre a tiempo para que la vida sea un poquito más fácil. Renunciar también a veces al deseo. Dejarlo que se devore a sí mismo. Que se consuma en su fuego.
Recoger la memoria, como piedritas que se acomodan en una canasta. Y devolverlas a la tierra como homenaje.
Rastrear en el aire, esa orden secreta que despierta al mundo. Y que de una vez sea de noche en todos lados. Y nos demos el gran lujo de perder "un día". Que ese día sea siempre el mismo. Y podamos tomarlo como una clava que un malabarista lanza tan alto que nunca termina de caer.
Caer de boca.
Masticar la arena.






Y hacer globos con los pequeños granitos de arena entre los dientes.
Construir desde ahí,
la casa de mis sensaciones.
Dejarla erguirse con su propio impulso hasta él limite de mi arquitectura.
Abrir el alma al cielo.
Y ofrecerme de nuevo a la lenta corrupción del tiempo. Y sus sorpresas.


Demián