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jueves, diciembre 12, 2019

Con- Pasion


Muchas veces me he preguntado cuál sería la mejor manera de representar ese estado de calma que buscamos siempre.
Es el mar en su propia superficie lisa la que encierra el vaso? Es un limpio cielo Azul? Es el rostro de un niño dormido en nuestros brazos?  Es la curvatura de su cadera descansando sobre la espalda, cuando dormimos?
El año pasado estando en Roma Fui a ver La misericordia de Miguel Ángel,  mire la blancura del mármol de carrara, la suavidad de sus formas, el hermoso rostro con que había esculpido  a María que tenía entre sus brazos su hijo. Vi la paz que se siente al aceptar lo inevitable . El momento exacto de calma que antecede a la tormenta.
En nuestra vida, esta que llevamos día a día, las fuerzas que determina la naturaleza de los acontecimientos van girando cada vez más cerca a medida que se acerca el momento crucial. Pero, con esa velocidad creciente, nace en si misma otra cosa más: una fuerza hacia fuera que se aleja de este frenético girar de las circunstancias.
La expresión científica para esto se describe como fuerza centrífuga.
Los antiguos la llamaban aceptación de lo inevitable.
Sin ella, como demuestra la ciencia de lo absoluto, el universo se destruiría y se convertiría en NADA.
El aire… Gira
Mas y mas rápido.
Uno espera entonces que aquí, en la pared del ojo de la tormenta, sea donde resida la mayor furia. Sin embargo nuestro corazón, espera del otro lado de ese mismo borde.
El aire que la fuerza centrífuga arrastra hacia fuera en espiral la llamamos espiral y provoca Vacío.
Shunyata o la sustancia de la NADA.
Las matemáticas y la misma física ratifican este concepto de CERO.
Pero, en el mundo orgánico no hay lugar para ideas abstractas. O hay algo o no lo hay, todo tiene en cierta medida que convertirse en algo.
Porque es la ley del mundo vivo.
Toda la naturaleza aborrece el vacío. De manera que en este hueco, fluye el aire desde la parte superior de la pared de un ciclón y lo empuja hacia abajo.
Aparece entonces, un hueco de aire y luz en la calma. Es también la zona más tranquila de la tormenta. Su ojo.




Dentro del corazón de una tormenta siempre gira una fuerza brutal que empuja todo hacia el exterior.
Feroz ,como una manada de búfalos, levanta consigo unos anillos de violentas tormentas.
A veces, el doble. 

Es aquí donde se oculta el mayor de los peligros. Porque los vientos de la pared del ojo de un ciclón, no tienen calma y sobre todo...

Desconocen la Compasión.

Mi deseo para todos es que la vida y el amor los abrace en cada recodo del camino.

Demian