Hay un gran reloj sin minuteros
Que guarda los latidos del corazón
Fracciones diminutas
que en la suma, forman nuestras vidas.
@D
La distancia se astilla en la mirada
Como la lluvia
que rompe en los cristales
o ese charco
que queda estancado
dentro del pecho
La tormenta es buena para sobrevolar el reverso
o convertir
los matices del pulso en un tic tac continuo
La distancia se nos astilla en el alma
Somos dos menos uno
un fragmento
de lo que fue el amor
perdidos
fracturados
Ya no hay redes que nos salven.
ni instantes infinitos
Aun así...
en las ultimas moradas de la noche
acomodo el trazo de la tinta
Y escribo tu nombre...